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CABALLEROS PEREGRINOS

DEL ANSIA DEL RETORNO


Hermanos Peregrinos del Ansia del Retorno,
levantad vuestras copas con el Vino Sagrado,
apurad vuestro Cáliz para salir de este Horno.
Luchad para volver al Paraíso añorado.

Veréis tras el Triunfo de la Estirpe Guerrera,
cómo en la Tierra la mortal Humanidad,
se cura y se redime, y por fin recupera
la Gloria de los Hombres en su sana Libertad.

Mérito indiscutible tendrán vuestras Espadas
que supieron, invencibles, combatir con Honor,
con Lealtad Eterna a la Causa Sagrada,
con la Dignidad de dioses, y con Divino Amor.

Seguid las pautas claras que el Kristo os enseñó,
son las mismas que diera nuestro Gran Guía Wotán,
al que ni arpía ni espada jamás lo doblegó.
Los dioses del Walhalla esperándoos están.

Pero entended Hermanos, cuál es el desafío:
Para volver triunfales, por fin al Paraíso,
habréis de transmutar la gran obra del Impío,
recomponiendo el Orden, que el Demiurgo deshizo.

Haréis de las Walkirias que os han acompañado,
vuestras Reinas Amadas y Vírgenes Vestales,
y con la Pura Magia que se os ha enseñado,
quitaréis a la carne los defectos fatales.

El último combate que libraréis, Hermanos,
al igual que el primero, contra el Demonio Interno,
será ese de la sangre de mortales humanos,
y ser Hombres Perfectos en el Camino Eterno.

Por eso a las Mujeres, amad con devoción;
no con la ciega entrega que quita la substancia,
no con el loco anhelo que arrastra a la pasión,
sino en Mágico Amor, cual mágica es el Ansia.

Amad a todo el mundo, porque vuestra Espada Hostil,
ha sido consagrada a la Misión más Sublime,
destruye al esclavista, al malvado, y hiere al vil,
pero es vuestro Amor Puro, bálsamo que redime.

Veréis en adelante cómo se cambia el mundo,
cómo cambia la vida de los antiguos muertos,
en verdadero vivir, auténtico y rotundo,
entre árboles añosos, entre vides y huertos.

Veréis en grandes bosques jugando vuestros niños,
sin gran incertidumbre, sin porvenir oscuro
sin hambres y sin muertes, repletos de cariños,
Herederos Perfectos, sin dudas del futuro.

Allí vuestras Espadas han de hallar el reposo,
y empuñaréis arados de acariciar la tierra,
y Ella os dará los frutos, que en Paz serán hermosos,
en vez del fruto amargo que aveces da la guerra.

Mas no olvidéis Hermanos, Peregrinos del Ansia,
que aún quedan combates y deberéis soportar
sus tristes ocasiones, peligros y distancia...
¡Recordad la gran clave, que es jamás abandonar!

Estáis en un combate que aún vuestro enemigo,
no tiene la Conciencia que le permita entender
que aún hasta por ellos tomáis este castigo
de batalla incesante, y de duro acontecer.

Mas les veréis un día, que no está tan lejano,
renacer con sus karmas según sus pensamientos,
y veréis la Justicia obrar con dura mano,
con aquellos que buscan hacer sometimiento.

Y Vosotros, Guerreros, del Ansia Peregrinos,
daréis también a ellos protección y cuidado,
magnánimos daréis vuestros panes, vuestros vinos.
Así es como los dioses superan el pasado.

Así es como los dioses que sois, aunque mortales,
os ganaréis la dicha de ser Hombres Perfectos.
Liberaréis al Mundo de lazos infernales,
curando sus heridas con vuestro Amor selecto.

Os dejo, Peregrinos del Ansia, un mensaje,
de los dioses que esperan vuestro Triunfo Final.
Haced al Absoluto el único homenaje:
¡Convertíos en Hombres dioses, de Sangre Inmortal!


Ramiro de Granada

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